Nuestra relación había llegado a una etapa en la que solo seguíamos juntos por una cuestión de descalces mínimos. No eran un descalce de pantuflas, sino más bien económico - financieros. De ofertas y demandas descalzadas. Solo era cuestión de que su oferta encontrara mi demanda, o viceversa, en el mismo momento.
[Mi oferta = separarnos, reconocer que la pareja no tenía futuro, no perder más el tiempo = Su demanda] era una ecuación latente casi desde los inicios, pero que nunca había logrado concretarse. Por motivos múltiples cuando yo hacía pública mi oferta, el mercado no era comprador, o al revés. Esto era algo que valorábamos como algo positivo en la pareja. Nos jactábamos de que era “sabia”, que tenía un mecanismo de auto ajuste. Nuestra teoría era que cuando uno de los dos atravesaba alguna crisis, cuestionando la continuidad de la relación, la otra persona automáticamente se convertía en un noble e implacable guardián, defendiendo a capa y espada “lo que teníamos”. Luego de cada embate nuestra unión creíamos se fortalecía.
Durante los últimos tiempos este mecanismo de ajuste había trabajado más de lo recomendable, hasta alcanzar el punto de fatiga. En un principio lo utilizábamos una, a lo sumo dos veces por mes. Al tiempo empezábamos a darle un uso semanal, frecuencia que respetamos por varios meses. Pero al empezar a aplicarlo a diario, con no más de uno o dos días de franco semanales, el engranaje manifestaba la sobre exigencia.
Hasta que colapsó. Nuestra última discusión de pareja empezó por un simple racimo de uvas, y transitó durante tres horas por los más diversos tallos, ramas, raíces y semillas. Nuestra preciada arma había intercambiado roles, cada uno se había puesto y quitado la armadura repetidas veces, hasta que agotados nos encontramos con la guardia baja, desnudos.
Nos acariciamos, nos abrazamos. Nos besamos, y terminamos. Sentados en el piso de la cocina, con el mueble bajomesada como respaldo nos dejábamos estar. Abatidos por las tres horas de lucha gratis. Nuestros cuerpos fatigados descansaban pegados. Nuestros hombros se tocaban, pero solamente como apoyo. Ya no queríamos seguir discutiendo, no nos queríamos seguir lastimando, por que a pesar de todo nos queríamos. Pero reconocimos que eso no era suficiente, que teníamos demasiadas diferencias como para seguir construyendo. Que esas diferencias no nos complementaban, solo sabían de divisiones y restas.
Quedamos así durante varios minutos. Mi mano sobre la suya, y las dos sobre su pierna. Pero cada uno consigo mismo. Mirando fijo hacia adelante, observando su propia película. Ya no estábamos enojados. Estábamos tristes. Empezábamos el duelo que no queríamos hacer. Empezábamos a despedir el proyecto que ya no sería.
Era doloroso reconocerse. Pero era sabio. Sí era verdaderamente sabio y valiente reconocer que nuestra última bala, la de plata, no había acertado en el blanco. Yo 36, ella 34. Ambos con varios parejas interruptus en el prontuario. Era sabio reconocer que nuestros deseos de concretar un proyecto sobre la hora estaban cegando nuestra capacidad de determinar si el mismo era genuino, si se construía sobre bases sólidas. Era sabio reconocer que nuestra pirámide estaba invertida, que crecía, pero inevitablemente un ladrillo no compensado la haría caer.
¿Dos años desperdiciados? ¿Habíamos apostado los años más caros de nuestras vidas en la decena perdedora? El síntoma manos y bolsillos vacíos tomó todo nuestro cuerpo.
De pronto tuve un pálpito. Una visión, una certeza. Busqué en los bolsillos de mi pantalón, revolví bolsos guardados, hurgué en los bolsillos de todos los sacos y camperas del placard. Junté todas las fichas que me quedaban, cambié la decena, y las puse todas en el 2, a semipleno.
- Luli tengamos un hijo - le dije convencido. Ella despertó asustada de su letargo.
- ¿Pero vos te volviste completamente loco? Estás desvariando. No hace diez minutos que dijimos de separarnos y ahora me salís con esta ridiculez?
- No es una ridiculez.
- ¿Ah no? Por favor, cortémosla de una vez. No sigamos con este mecanismo pelotudo. Nuestra relación llegó a un punto en el que es indefendible. No quiero seguir sufriendo por algo que no tiene futuro. No podemos seguir juntos. ¿Que te pensás, que por que tengamos un hijo las cosas van a cambiar, que todo va a mejorar? ¿Cuanto te crees que va a durar ese engaño? No seas ingenuo Nicolás.
- Pero yo no te digo que sigamos juntos. Solamente te propongo tener un hijo juntos.
Luli se da vuelta para mirarme bien. No podía creer que le estuviera hablando en serio, y lo quería evaluar de frente. Estaba atónita. No sabía qué responderme, por su mente debían pasar las ideas más dispares. Yo la seguía mirando. “No te estoy cargando” decía mi cara.
- Ya sé que no podemos seguir juntos. Que somos muy diferentes. Y la realidad es que si no nos separamos mucho tiempo antes es por que los dos tenemos el mismo proyecto, las mismas ganas de formar una familia. Yo ya sé que eso no va pasar entre nosotros. ¿Pero por que no tener un hijo juntos? ¿Cuantos padres se divorcian y crían a sus hijos sin ningún problema?
- ¡Pero eso es un accidente Nicolás! Nadie planea primero divorciarse y después tener un hijo. Un hijo es fruto del amor entre los padres, no es su capricho.
- Ya se Luli que no es lo ideal, pero yo soy hijo de padres separados. Y no me acuerdo de mis padres juntos, para mí siempre estuvieron separados. Y lo que importa es que los dos me querían. Te juro que no me trajo ningún conflicto el que no estuvieran juntos. Por que fue siempre así. Mis padres nunca se separaron, por que siempre lo estuvieron. No hubo cambio, no hubo crisis.
Yo estaba convencido de que no era una locura. Entendía que era un planteo extraño, atípico al menos. Luli nunca hubiera esperado una propuesta como esta. Pero después del asombro inicial empezaba a escuchar mis palabras.
- ¿Acaso vos no te morís por ser mamá, por tener hijos, criarlos, darle todo tu amor?
- Ay Nico, pero me parece una locura!
- Mirá, yo sé que vos serías la mejor madre del planeta. Que morís de ganas de tener un hijo. Yo también. Es lo que más quiero en el mundo. ¿Cuantos matrimonios conocés que son pésimos padres, que tienen varios hijos, y que después se separan? Y al final los hijos tiene malos padres, y encima separados. Es más, una de las cosas más traumáticas que viven los hijos de padres separados es la separación misma, tener que ver cómo sus padres confrontan, se pelean, se lastiman. De esta forma hasta le evitaríamos esa etapa, por que nuestro hijo nacería con sus padres separados, je.
Luli me mira, seria, pero yo sé que se contiene. Sé que por dentro un poquito se sonríe, pero no me lo quiere mostrar. Todavía no puede creer lo que le propongo. Pero del “te volviste loco, es una ridiculez” a este silencio como respuesta hay un avance.
- Si, está bien, pero no podemos ser tan egoístas. No podemos traer un hijo al mundo solo porque nosotros queramos tener un hijo.
- ¿Y por que no?
- Por que no Nicolás, ya te lo dije. Un hijo tiene que ser fruto del amor de sus padres. No es algo que cuando uno tiene muchas ganas de tener va y se lo compra en el super.
- Bueno, eso por desgracia para vos, que vas a ser la que lo tenga que parir.
- Ay que estúpido! – y me pega abajo del hombro una cachetada risueña. Casi cómplice.
- Luli vos tenés razón en que para un hijo también es importante tener a sus padres juntos y sentir que se quieren. Pero esa es una situación ideal. ¿Y cuantos casos conocés de esa situación perfecta? Yo muy pocos. La mayoría de las veces los padres no se quieren y siguen juntos por inercia, o no se quieren y se separan. En cualquiera de los dos casos te aseguro que los hijos sufren muchísimo más que en una situación como la que yo te propongo. ¿Acaso vos dudas del amor que vos o yo tendríamos por nuestro hijo? ¿Te parece poco eso? Creeme que es mucho, y más de lo que la mayoría de los hijos tienen.
- No se, pero es muy raro, es todo muy raro. ¿Cómo lo tendríamos? Digo, ¿cómo lo encargaríamos? Por que si vamos a estar separados... no vamos a estar acostándonos solo para que yo quede embarazada.
- ... esos son detalles técnicos, je.
- Si, si, detalles técnicos... en serio te digo. Por que hacer inseminación artificial cuesta carísimo...
- Bueno, vos sabés que yo no tengo un mango y que estoy siempre dispuesto a brindar mis servicios.
- Jaja, que estúpido. – y vuelve a abofetear mi brazo con su mano risueña. En su boca ya se escapaba tímida una sonrisita.
Me duele una calle.
-
Ayer salí inocententemente a hacer las compras, como cualquier día. Como
hacía antes de mudarme, a ese super que es más barato pero que ahora me
queda muy ...
Hace 6 años.
Fantástico, pececito. Yo si fuera ella, probablemente hubiera accedido.
ResponderBorrarBesos porteños!
ay! me dio impresion leer este relato.porque yo pienso asi!
ResponderBorrarla unica diferencia es en mi vida la que propone la locura soy yo.
realmente pienso asi.
digo, si los años siguen pasando y no encuentro una pareja para construir una familia tipo, esta seria mi segunda opcion. con los mismos argumentos que nico le da a luli.
hasta ahora no consegui adeptos firmes pero ya se vera dado el caso.
respecto al relato como relato, me impactaron tambien las analogias iniciales. muy buena sr!
beso.
¿Y por qué no?.
ResponderBorrarLa idea es afortunada.
Un saludo.
Luis
RF, me preguntaba ¿qué debo comentar? Y asumo que existen dos posibilidades: el texto, como cuento, o el tema. Voy por partes. En primer término, debo decir que me gustó el texto, como cuento. Porque tiene el gancho suficiente como para mantener al lector prendado de lo que viene después, es decir, es entretenido y fluido. En cuanto al tema del conflicto: esas ganas que tienen estos dos personajes de ser padres, que hasta llegan a plantearse la posibilidad de tener un hijo en una situación poco convencional, es bastante extraño, y no me había puesto a evaluar esa posibilidad. No digo que esté mal el tema, todo lo contrario, es impecable. Pero me llevó a pensar sobre si era verosímil que alguien quisiera tener un hijo sólo por tenerlo, por ese deseo superior de perpetuar la especie, la sangre, etc. Y por los comentarios anteriores veo que sí existen, hay quienes desean bajo cualquier circunstancia tener hijos. Debo ser alguna especie de marciano... en fin, me has hecho reflexionar sobre algo que no quería reflexionar. Supongo que eso también cuenta como comentario para el post. Se podría decir que has logrado un efecto.
ResponderBorrarSigo leyendo... y te dejo un beso!
Confirmado.Stop.Está totalmente loco.Stop.Saludos.Stop.
ResponderBorrar(avise más seguido si actualiza.stop)
Bueno, que interesante diversidad de opiniones. Desde los que les parece que está totalmente loco stop (supongo eme que se refiere a Nicolás no a mi, no?), que es una situación inverosimil, pasando por los que creen la idea afortunada, que consideran que aceptarían, hasta las que piensan realmente así.
ResponderBorrarYo no sé qué habrá decidido hacer esta pareja. Y tampoco se que haría yo.
La verdad es que las razones que expone él son bastante pragmáticas e funcionales. De todas formas creo que se necesita de muchas agallas para tomar una decisión así.
Me parece interesante el tema del egoísmo como móvil de esta decisión. ¿Ellos están siendo egoístas si elijen tener ese hijo? La idea surge de una necesidad egoísta, del yo quiero, ¿pero no deja de serlo al profundizar en el tema? Es decir, él no se queda en el "yo quiero y no me importa nada más". Realmente piensa en las necesidades de su futuro hijo.
Yendo un poco más allá, cuando una pareja estable decide buscar un hijo, ¿por qué lo hace? ¿No están siendo egoístas también? Ellos son los que quieren tener un hijo, por que lo querían de siempre, por que lo quieren tener con su pareja, para afianzar la pareja... etc. Por supuesto que lo hacen según los patrones y costumbres universales, y por eso nadie se lo cuestiona.
No se. Yo no se si me animaría a hacerlo, pero no me parece mal para quien si se anime.
Porteñita, Noel, Ludwig, Manuela y Eme, besos para todos.
me gusto su reflexion, quizas porq no condena esta opcion de paternidad a la que yo adhiero como segunda opcion.
ResponderBorrary quiero decirle q ud deberia intentar haciendo pronosticos tipo orangel. anoche un ex con quien nos queremos mucho y de quien lo que mas me seduce es su paternidad y que conoce mis ganas de ser mama, me tento con esta misma propuesta.
que loco, no?
what???? naaaa. Increíble. Y???? Quiero esa true story. Nos va a contar todo en Principio?
ResponderBorrarviooo?
ResponderBorrarno, no creo q escriba sobre eso, al menos hasta que lo tenga mas procesado.
Efectivamente me refería a Nicolás y fue sin duda, un comentario simplista, porque sino debería escribirle una biblia larguiiiiiiisima (otra que la de las 42 líneas!!!)
ResponderBorrarSu reflexión me gustó mucho y le quiero aclarar algo: no condeno esa elección para tener un hijo, de hecho no condeno casi (nótese el casi) ninguna sencillamente porque no tengo autoridad para hacerlo.
Elegí no tener hijos (mis amigos me obligarían a poner "todavía", pero yo no estoy tan segura) por muchos motivos, pero el principal fue que para mí nunca fue solo tener panza bonita, dar la teta para después parir con "dolor" según lo indica el libro que no le quiero escribir :)
Todos sabemos lo fácil que es embarazarse, todos sabemos que ni siquiera se requiere la presencia de un hombre en estos tiempos y mucho menos de amor.
Pero, siempre hay un pero, nunca me atrajo esa idea, no me gusta tanto descompromiso y además, se pierde de vista un dato fundamental.
Yo puedo embarazarme sola (ud. me entiende): amigo que me haga el favor ;) o banco de esperma o como sea pero... y a mí, quién me sostiene??? quién dijo que quiero transitar por eso sola??? quién dijo que no es algo que quiera y MEREZCA ser compartido???
Por qué las mujeres (y algunos hombres) piensan en los varones como simples proveedores de esperma y creen que pueden todo solas???
Adoro la idea de la panza, dar la teta, parir, etc., pero lo cierto es que no la concibo sin un varón al lado (nótese la palabra varón ;)), no la concibo sino es de a dos.
No sé, ya me extendí mucho pero la verdad es que podría seguir.
Le dejo saludos.Stop. :)
NOEL: en mi modesta opinión, creo que escribir ayuda a procesar, ordenar ideas, desarrollarlas. Es un buen ejercicio. Te sugiero que lo hagas. No para publicarlo. Para hacerlo, tenerlo, guardarlo. Al tiempo lo leerás, para decir "¿yo pensaba esto? je".
ResponderBorrareMe: también es muy cierto lo que decís. Aunque el padre exista, y no sea un padre ausente, la que tendrá la parte más dificil en la crianza es la madre, y una gran parte tendrá que llevarla sola. Creo que Luli tenía tantas ganas que no pensó en eso, pero quizás si reflexione más adelante.
:-)
Gracias por compartir tu decisión y parecer.
besos, rf.
De nada rf, un placer
ResponderBorrarCreo que no se trata para nada de "egoísmo", sino de imaginar nuevos vínculos que rebasen el catálogo que nos viene dado de antemano: papá, mamá, novio, esposo, amigo...
ResponderBorrarHabitar el mundo, hacerlo respirable, significa adaptarlo, retransformarlo, modelarlo de acuerdo a nuestros deseos y nuestras preguntas. Quien no lo haga, no estará pisando el suelo de su propia "vida".
Saludos red!
salud red fish,
ResponderBorrarno se cual es el final de la historia, pero es la historia de un final, y es triste
la idea de tener un hijo en esas condiciones puede ser buena o desatrosa, pero eso depende de las personas que lo tendrían y es secundario, pienso,
porque si dije que no me parecía feliz el final del relato me refería a que la propuesta misma certifica la disolución de esa pareja
un abrazo y permiso, voy a leer la siguiente historia
no se, yo no estaría tan seguro de que sea ese el final. De hecho a mi me dio la sensación contraria. Seré ingenuo, pero a mi me dio esa impresión.
ResponderBorrares que sos lindo
ResponderBorrarla sensación que me da a mi es que en el final del relato existe un intento de unirse en la separación a través de un hijo
en todo caso, admito que esperar tener un hijo es hermoso y nada triste,
pero la historia (en el sentido de relato) que yo leo es la de una pareja terminando, el hijo sería un futurible
leí la última entrada, no vi lost in translation, tal vez deba hacerlo
saludos
Buaaaa
ResponderBorrar