28 de febrero de 2008

Todo por 5 segundos

Harto de caminar sintiéndome nadie.

En realidad no se por que dije caminar, por que mi sentimiento de auto ninguneo no se limita a esa actividad. Bueno, creo que debe ser por que en ese momento estaba caminando.

Sabía que mi vida llena de éxito, de amor y de reconocimientos masivos estaba ahí, cerca, casi al alcance. De hecho la conocía casi en tu totalidad. La había recorrido incansables veces, ya sabía cada una de las conversaciones que tendría con la mujer de mi vida, cada una de los discursos que daría agradeciendo los premios tan merecidos y por los cuales había luchado tanto. Ya le había agradecido a demasiadas personas que no existían, por haber sido fundamentales, y sin los cuales nunca hubiera podido realizar lo que habría de realizar.

Esa realidad esquiva ya lo conocía. Pero estaba harto, cansado de seguir siendo solo nadie y nadie solo. Y con este agotamiento encima caminaba de vuelta de mi triste oficina, como todos los días desde hace mucho, aunque por poco tiempo más.

Fue así que dos pasos después de empezar a cruzar la esquina, me doy cuenta de que mi viaje mental debería haber hecho una escala antes de empezar a cruzar la calle, para aunque sea haberme dado la opción de elegir entre parar ahí mismo, o seguir caminando y morir brutalmente atropellado por la camioneta que sin intenciones de frenar circulaba a escasos metros de mi epicentro.

En ese segundo fatal, que tarda por lo menos cuatro o cinco segundos en consumirse, vi que a menos de 59 centímetros de distancia una hermosa mujer se encontraba en exactamente la misma situación que yo, pero dos segundos antes. Es decir que aún no había advertido que también moriría brutalmente atropellada por la camioneta que no tenía intenciones de frenar y que circulaba a escasos metros de su epicentro, que como dije estaba a 59 centímetros del mío.

Los cinco segundos que siguieron fueron todo, y sin dudar los cambiaría por todos los segundos que malgasté desde mi nacimiento hasta mi muerte.

Cuando aterrizó de su magnífico viaje mental lo primero que vio fue aquella camioneta cuyas intenciones ya comenté. Y a pesar de la inviabilidad del emprendimiento, su reflejo fue acelerar el paso para evitarla. Aunque yo no hubiera estado en su camino, ella nunca hubiera podido evitar la camioneta asesina.

Pero estaba en su camino y ella vino directo hacia mí.

Yo no se si fue un acto reflejo o un acto divino, pero en ese instante los dos olvidamos la camioneta y paradójicamente levantamos nuestros brazos y antepusimos nuestras manos para evitar chocar entre nosotros, o al menos amortiguar el golpe. Y ahí estábamos, chocándonos, conociéndonos, con sus manos sobre mi pecho, con mis manos sobre su espalda, su boca y su nariz a un centímetro de mi última respiración, su mirada dentro de la mía y la malintencionada camioneta derretida tras nuestro.

Entonces nuestras miradas abrieron una ventana en el tiempo y se escaparon a comulgar durante dos años ininterrumpidamente, se amaron, luego regresaron. Y lo entendí todo, lo tenía todo.

Sentí cada uno de sus dedos tatuados en mi pecho. La apreté fuerte contra mí, al ritmo del 2x4 di un cuarto de giro hacia la izquierda, cuando sentí una estampida de búfalos embestir sobre mi espalda.

Y los dos juntos volamos.

Y también volamos, y caímos tres metros más tarde. La camioneta terminó de frenar un metro después del punto de impacto.

Y nos quedamos inmóviles en el piso, en la misma posición en la que bailáramos un segundo atrás, pero ahora ella abajo y yo arriba.

Y los dos seguimos volando.

Y yo seguía sintiendo sus manos selladas sobre mi pecho y mis manos ensangrentadas por el golpe seguían presionando su cuerpo contra el mío.

Y nuestras miradas seguían empacadas sin querer soltarnos.

Hasta que ella se movió solamente para sonreír y dejarme escuchar su voz.

- “Gracias, me salvaste la vida.”

No entendí bien que pasó, pero lloré. Mi cuerpo empezó rebalsar, sentí que me quedaba chico, que no había suficiente espacio para contener todo lo que estaba pasando dentro mío.

- “No. Todo lo contrario” – dije yo.

Pero sentía que mi cuerpo se encogía, que se inflaba con demasiado aire, y que mi cabeza se llenaba de sangre.

Cerré los ojos y no la volví a ver.

22 de febrero de 2008

Maravilla

Si pudiera, elegiría morir después,
para nunca dejarte sola,
para entristecer a saco.

Y cuando lo hagas, solo voy a sentarme a esperar,
para dejar vacío mi vacío,
para que la distancia entre mi tristeza y la felicidad de reencontrarnos sea infinita...

... tan infinita como será entonces nuestro tiempo juntos.

14 de febrero de 2008

Investigando mi alrededor II - el sexo de los blogs

Todavía no tengo las horas suficientes de investigación, pero mi impresión so far es que en el mundo Blog el sexo femenino saca algunas cabezas de ventaja, en cantidad y también en calidad. En cuanto a la cantidad además de que creo que hay más blogs hechos por mujeres, también son más activas comentando posts ajenos. Por lo tanto, aquí me propongo investigar esta cuestión.

En cuanto a la calidad está claro que es una apreciación subjetiva, pero me atrevo a decir que por lo general los blogs son más intimistas. Bueno, en realidad no se si es esta es una cualidad de los blogs femeninos o si el algo propio a las mujeres en general.

Debo confesar que generalmente me parecen más interesantes (o divertidas al menos) las conversaciones entre mujeres que las de hombres. Futbol, política y mujeres a un nivel banal son en un 93% el tema de conversa másculina, mientras que las mujeres hablán de temas personales, propios y ajenos, lo que para bien o para mal lleva al dialogo a un nivel más pasional.

No lo sé, me gustaría conocer más opiniones al respecto.

10 de febrero de 2008

Batalla perdida

Nadie se jacta de reirse de la desgracia ajena y yo tampoco lo hago. En cambio sí pretendo defender mi honestidad a ultranzas, y es por eso que no pude negar mi bajo comportamiento de aquel día.

Fiscal: “Su señoría, quisiera presentar como evidencia esta grabación de una conversación entre el Sr. Testigo y el Sr. Amigo, tomada el mismo día del hecho”.
Juez: “Adelante, la escucharemos y la consideraremos como evidencia válida para el juicio.”

[Grabación]
Testigo: La gente está cada vez peor.
Amigo: Por que che?
Testigo: Por que sí. No sabés lo que vi hoy. Estaba en el kiosco, atrás del mostrador acomodando la pila del clarín, y veo que pasa un ciego caminando, con su bastón de ciego viste. A los tres segundos más o menos escucho un ruido fuerte y salgo y veo que estaba el ciego agarrándose la cabeza al lado de un poste de luz. Se ve que con el bastón no se dio cuenta que estaba el poste y se dio de lleno con la cabeza. Podés creer que la gente que estaba en la parada de bondi se quedó ahí sin hacer nada, ni se movieron, no fueron capaces de ayudarlo. El pobre tipo tenía un corte en la frente y le salía un poco de sangre, así que imaginate el golpe que se habrá dado. Yo le limpié un poco la sangre y lo ayudé a cruzar la calle. Estos hijos de puta ni siquiera fueron capaces de avisarle que tuviera cuidado con el poste, nada. Obviamente que los reputié. Lo peor de todo es que uno de los flacos se estaba riendo. Podés ser tan sorete de reirte de una cosa así. Hay que ser mala leche eh!
Amigo: Es que hay gente muy hija de puta.
-STOP-

Fiscal: “Su señoría, el testigo confirma que la grabación es veraz y que todos los hechos que en ella relata son ciertos. También ha identificado al señor RF como una de las personas que presenció el infortunio del Señor Ciego, y que además de no haberlo prevenido y no haberlo ayudado es la persona que se rió de la situación. Por tal motivo solicito le de la pena máxima.”
Juez: “¿Señor RF, reconoce como cierto todo lo que alega el Sr. Testigo?”
RF: “... sí su Señoría. Es cierto lo que dice Testigo.”
Juez: “¿Y qué tiene para alegar en defensa suya?”

¿Y qué podía responderle? ¿Podría haber dicho que no había visto a Ciego? La realidad es que sí lo había visto. Lo había visto caminar, repiqueteando la punta de su bastón blanco contra el piso, con una cadencia alucinógena. ¿Podría haber dicho que el pendular de ese bastón me generó un efecto similar al de los partidos de ping pong jugados por japoneses, es decir un efecto hipnótico? ¿Podría haber alegado que no me di cuenta de que Ciego iba camino directo a ese poste de luz? También estaría mintiendo. ¿Pero podría haber dicho que lo que provocó mi inacción fue una intriga brutal? ¿Habrían entendido que en ese momento estaba fascinado con el mecanismo de supervivencia de Ciego, que estaba absorto observando cómo funcionaba el reemplazo de su vista por un simple bastón? ¿Me creerían si les hubiera dicho que muchas veces de noche al volver del baño, intenté caminar hasta la cama a gatas, para no prender una luz y despertarla, pero que no pude y tuve que encender un velador y que me pregunté cómo lo hubiera hecho Ciego? ¿Me habrían entendido si les hubiera dicho que cuando vi a Ciego caminar en dirección al poste pensé que si yo fuese Ciego en ese momento, sin dudas me chocaría con aquel poste, pero sabía que él no haría? ¿Habrían entendido que tenía mucha intriga de saber cómo Ciego haría para sortear el poste, pero que estaba convencido de que lo lograría? Y que por este motivo no atiné a prevenirlo, hasta que finalmente vi como la punta de su bastón pasó velozmente a medio milímetro del poste, y como la distancia entre su cabeza y el poste se consumía en menos tiempo del que le tomó al bastón hacer el barrido hacia la derecha, picar contra el piso y volver al centro para así encontrarse con el obstáculo. Cuando entendí esto ya era tarde, la frente de ciego ya había golpeado contra el poste de Luz, y por algún motivo yo reí... Hoy sí entiendo por qué lo hice, ¿pero habría mitigado mi condena si les hubiera explicado el por que de mi sonrisa ante este hecho? ¿Se habrían reído si les contaba que al chocar la cabeza de Ciego contra el poste, ésta rebotó hacia atrás por lo menos medio metro, pero sin que sus piernas dieran ni un paso atrás cual muñeco inflable con base de arena... y que el poste metálico retumbó como campanario de iglesia, a lo largo de todos sus 5 metros de alto? ¿Les habría causado un poco de gracia si les hubiera dicho que en ese momento pensé que un accidente así solamente le podía pasar a alguien como la pantera rosa o al coyote, o en su defecto el mismísimo Mr. Magoo? ¿O sería como esos chistes que contados fuera de contexto suenan agresivos y de mal gutso? ¿Habrían entendido que fue todo muy rápido y que no tuve el tiempo suficiente como para censurar mi reacción?

No, ninguna de mis explicaciones hubiera atenuado mi sentencia. A los ojos de Juez, de Testigo, de Ciego y de Fiscal nada de lo que yo pudiera hacer o decir haría cambiar su opinión sobre mi. No importaba cuan justificado me sentía yo. Todas mis explicaciones carecían de valor ante cualquier juez que no fuera Mi Conciencia.

RF: “Nada su Señoría, no tengo nada para decir en mi defensa.”
Juez: “Muy bien, entonces le otorgo pleno derecho a los señores Ciego, Testigo y Amigo a que consideren que usted es una persona cínica, sádica, egoísta y no solidaria. Y usted está sentenciado a aceptarlo, tolerarlo y resignarse a no poder hacer nada que atente contra este derecho adquirido. SERÁ JUSTICIA!”

Entendí que debía aceptar mi sentencia, cumplir mi condena y sobrevivir. Al fin y al cabo quien puede conformar a todos? ¿No es mejor elegir la batallas?